Origen y Fundación

Generalmente, la devoción a una imagen, o a una determinada advocación de ella, suele plasmarse ante una talla, una escultura que por determinadas razones, favores recibidos, milagros atribuidos, etc., inclinan la piedad popular a hacer de ella el culmen de su fe, de su agradecimiento a la Divinidad, a Dios Nuestro Señor que permite o concede gracias consideradas más o menos difíciles o imposibles por mediación de su Santísima Madre o de los Santos, pero no es muy corriente que esta devoción se origine alrededor de un cuadro, como es el origen de nuestra Hermandad.

La veneración al Cristo de Medinaceli estaba bastante extendida en Cádiz desde hacía mucho tiempo pero de una forma muy particular y sin que en realidad hubiese llegado al pueblo.

Por los años treinta y alrededor de un óleo antiguo con la imagen de Jesús Nazareno, llamado también del Rescate, que poseía el matrimonio gaditano formado por Don Eladio Campe y Doña Eloísa Martín, ferviente católicos practicantes, comenzó a crecer la devoción al Cristo de Medinaceli que ellos favorecieron en gran medida, pues a pesar de las indudables molestias, que sin duda les causaban las continuas visitas a su domicilio de amistades y  desconocidos, para orar ante el cuadro, siempre  fueron recibidos con todo cariño, por la bondad y por la ilusión con que veían la propagación de la fe en la imagen que ellos, así como su familia, veneraban con tanto amor.

Téngase, además, en cuenta que el cuadro, que se encontraba en un domicilio particular, nunca había sido expuesto al público hasta  el Primer Viernes de Marzo de 1.936, en la Iglesia del Convento de las Reverendas Madres Concepcionistas Descalzas (Calle Montañés).  El cuadro quedó expuesto todo el día a la devoción de los fieles, los cuales acudieron masivamente.

Esta función se repite en el año 1.937, con mayor número de asistentes, por lo que se decide que para la celebración de otros cultos ha de buscarse una Iglesia de mayor capacidad, pues a pesar de que en esta ocasión la función fue acompañada de un triduo, los problemas de ubicación fueron enormes.

Se piensa entonces fundar una Hermandad, pero sin ánimo de que figure en ella más imagen que el mismo cuadro, la cual empieza a perfilarse.

En Octubre del mismo año, se celebra en la Parroquia de Santa Cruz, una novena, también ante el mismo cuadro, en la Festividad de Cristo Rey, con enorme asistencia de devotos, encontrándose las reglas de la futura Hermandad ya redactadas. Como se estaba comprobando que la devoción a la imagen de Jesús del Rescate (vulgo Medinaceli) iba superando todos los cálculos más optimistas, y  como se creía en Cádiz, que la imagen madrileña habría sido destruida (estábamos en plena Guerra Civil), pensó el matrimonio Campe, mandar a tallar una a sus expensas, pero sin ánimo de que saliese en procesión ni mucho menos.

El encargo le fue hecho al escultor gaditano Miguel Laínez Capote, al cual se le proporcionaron toda suerte de estampas y fotografías de la imagen venerada en Madrid, con la intención de que fuese lo más parecida posible a ella. Era la primera talla que hacía de una imagen de pasión, más a pesar de ello, consiguió darle una gran belleza y una expresión de bondad que cautiva a todo aquel que mira a los ojos, de la que se considera  su mejor obra.

La imagen estuvo terminada a principios del mes de Febrero de 1.938, siendo bendecida el día 27 del mismo mes.


Como hemos dicho, que la Imagen se adquirió sin la menor intención de que procesionara, pero el hombre propone y Dios dispone, y así en la  Semana Santa de 1938, se pudo contemplar a la imagen de Jesús Cautivo y Rescatado, que fue como se llamó desde entonces, en su recorrido penitencial por las calles de Cádiz, cita a la que, salvo el año 1.942,  no ha faltado nunca.

Sería muy prolijo explicar las razones por las que la comisión pro-culto de la Hermandad hubo de ceder y consentir la salida procesional de la imagen; señalaremos, como más importantes, la presión que los mismos hermanos y hermanas ejercieron sobre la Junta, para que esta se efectuara, El Consejo de Cofradías y Cofradías Hermanas, no se quedaron atrás, así como la Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, ofreció todo lo que se necesitara, para que la salida fuese un hecho.

Es muy posible, y esto lo pensamos nosotros, que los organizadores de la futura hermandad, no tuviesen su ánimo muy dispuesto a una resistencia a ultranza.

Sea como fuere, lo cierto es que Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, autorizado su culto por el Sr. Vicario Capitular Don Eugenio Domaica, aunque no aprobadas sus reglas, por estar la Sede vacante, salió procesionalmente en la Semana Santa de 1.938, formando parte del cortejo del Santo Entierro,

Se adquieren algunos enseres para la salida procesional de 1.939 que se hace, también, con el Santo Entierro.

A partir de la Semana Santa de 1.940 ya hace estación penitencial independiente del Santo Entierro.

Poco a poco la Hermandad va completando y enriqueciendo sus enseres a costa de no pocos trabajos y sacrificios. Así llegamos al año 1.950 en que por fin se le concede capilla propia de perpetuidad.

Con fecha 8 de febrero de 1.952 se constituye nuestra Hermandad, como continuadora de la organización religiosa que bajo el titulo de Junta Organizadora de Cultos a Jesús Cautivo y Rescatado se hallaba establecida canónicamente en la Parroquia de Santa Cruz desde el año 1938 con la aprobación de los Estatutos.

Desde que se presentaron las primeras reglas, hasta que han sido, con algunas correcciones, aprobadas transcurrieron catorce años.