María Santísima de la Trinidad
En el año de 1967 entre el Hermano Mayor D. Manuel Campe Muñoz y el Hermano de Nuestra Hermandad D. José Luis Ruiz Nieto, encargaron al escultor sevillano D. Francisco Buiza una Imagen de la Virgen, que puso manos a la obra con algún consejo del gran fotógrafo sevillano Antonio Fernández.
La Imagen llego a Cádiz el 9 de septiembre de 1967, fue bendecida el día 20 de octubre. Se celebró el primer besamanos el día 30 de Mayo de 1.969.
Aún sin advocación definitiva se pensó el de la Virgen de las Reglas, por el trabajo y tiempo que había costado la aprobación de la Hermandad, también el de Ntra. Sra. de la Caridad (ésta es la advocación de la Virgen del cuadro situado en la parte alta de la capilla del Cristo, del artista gaditano Rafael del Águila), decidiéndose por el de María Santísima de la Trinidad, como el más apropiado, teniendo en cuenta la vinculacion de la Hermandad con la Orden de Padres Trinitarios Descalzos y el siginificado que el Sumo Ponticife Inocencio III dio a los colores blanco, azul y rojo del Escapulario de ser imagen de la Santisima Trinidad.
Es una imagen con carácter propio, sin semejanza a ninguna otra obra anterior de Buiza. Los baremos de belleza femenina más imaginados por la mente de Francisco Buiza, se concentraron en nuestra hermosísima Madre, una talla cuyo precedente formal más cercano se halla en la Virgen de las Aguas (1772) de la Cofradía hispalense del Museo, labrada por el escultor academicista Cristóbal Ramos en el siglo XVIII, aunque lo intento en las posteriores dolorosas Buiza no logró la belleza de Nuestra Madre de la Trinidad.
Corona su cabeza una diadema realizada en 1976 en plata dorada en los talleres de Villarreal. Decorada de hojarasca barroca, con una cartela central con el escudo de la Corporación sujeta con dos ángeles, todo en plata. La zonza central está recorrida por una guirnalda textil. Los resplandores parten de esta guirnalda, coronados por estrellas más pequeñas que las que coronan los candelieri vegetales. En total la diadema está coronada por catorce estrellas, centradas por la Cruz sobre el orbe.
Al principio no procesiono con palio, "porque tiene el de la noche con sus estrellas y con los caprichosos bordados que forman las nubes. No tiene palio para que todos contemplen su dolor y la consuelen", según describió Enrique Hormigo en el Diario de Cádiz.
El Vestidor de la Virgen es Miguel Jurado.